Esta terapia se sostiene en que hay un sistema conjunto formado desde el cráneo hasta el sacro, por las meninges y el líquido cefalorraquídeo y todas las estructuras que componen el sistema como es el encéfalo, la médula espinal y huesos craneales.

Esta curación no solo es a nivel físico, sino emocional, se consigue estar más receptivo con el propio cuerpo, a identificar mejor los mensajes que envía, sobre todo en circunstancias de la vida que nos provocan estrés y ansiedad, como toma de decisiones pendientes, situaciones que no podemos controlar y debemos aceptar…

Además de ayudar al crecimiento personal confrontando al paciente con sus patrones de conducta y dándole herramientas que le permitan modificarlos. Este trabajo ofrece buenos resultados también para problemas inflamatorios, de alergias, dolores de tipo nervioso como migrañas, jaquecas, enfermedades psicosomáticas como neurosis, ansiedad, depresión, dolores crónicos, fibromialgia…

La terapia es muy suave y segura, es buena para todo tipo de edades, para bebés, durante el embarazo, postparto, después de una operación, personas mayores.

En los primeros meses de vida, cuando las suturas craneales son muy sensibles, es cuando esta terapia es más efectiva y sirve para prevenir problemas de psicomotricidad y cognitivos. Cada vez más matronas se interesan y se forman en esta terapia.